El suministro de agua potable comprende diferentes fases, entre ellas, la distribución hacia el usuario final. Esta red de distribución corresponde al conjunto de tuberías que trabajan bajo presión, instaladas en las vías de comunicación para abastecer a las diferentes edificaciones de cada una de las poblaciones del territorio.
Cuando el agua es potabilizada y sale de la ETAP se canaliza para formar parte de la red de abastecimiento. El agua que sale se distribuye hasta los tanques por las arterias generales, una vez allí, el agua se puede distribuir por las tuberías o bien, quedarse almacenada hasta ser transportada. El agua de la red se utiliza a diario en hogares, servicios públicos, comercios o industrias y debe de tener la calidad, cantidad y presión suficiente para asegurar un abastecimiento de calidad.
El RD 140/2003 marca la obligatoriedad de realizar controles paramétricos en los puntos de salida de cada abastecimiento, con el objetivo de asegurar que las aguas que llegan y salen de los tanques de abastecimiento cumplen con la normativa y no son un riesgo para la salud del consumidor.
Cuándo y qué controles realizar en aguas potables
Durante todo el proceso de potabilización se realizan de forma continua diferentes controles de calidad, para asegurar la desinfección del agua a lo largo de la cadena. Aun así, es necesario que al salir de la ETAP y antes de llegar al consumidor final, pasen por nuevos controles de calidad.
Será obligatorio analizar las aguas en los depósitos de cabecera, en cada uno de los puntos de entrega y en la propia red de distribución. Los análisis de la muestra deberán ser representativos y su frecuencia de muestreo dependerá de la cantidad de agua distribuida y de las especificaciones marcadas en el ANEXO V del RD 140/2003. Se realizarán en primer lugar, exámenes organolépticos para determinar sus características como olor, sabor, color o turbidez. Posteriormente, se realizará un análisis de control en el que se determinará la calidad microbiológica y físico-química. En este último, se evaluará la turbidez, conductividad, pH, cloro libre y total, nitritos, aluminio y/o hierro, amonio y bacterias coliformes.
¿Cómo contribuye HANNA al control de aguas potables?
Desde HANNA, existen diferentes equipos tanto portátiles como de laboratorio para controlar los parámetros físico-químicos. Si queremos un equipo que sea capaz de medir la totalidad de los parámetros, los mejores resultados nos los puede ofrecer cualquiera de nuestros fotómetros multiparamétricos HI8330X. A veces, no se necesita medir la totalidad de los parámetros, por lo que muchas veces no es necesario realizar una inversión tan costosa. Un buen sustituto a este equipo es el fotómetro portátil HI97101. Un equipo multiparamétrico capaz de medir bromo, iodo, cloro libre, cloro total, ácido cianúrico, hierro y pH. Los beneficios respecto a otros equipos son entre ellos su avanzado sistema óptico con emisión de luz LED y filtros de interferencia que permiten tomar lecturas exactas y repetibles, además de estar protegidos frente al polvo o la suciedad exterior. Una ventaja respecto a otros equipos es la función CAL Check, donde el usuario puede comprobar el funcionamiento del equipo sin necesidad de recurrir a una calibración externa. La portabilidad de estos equipos, permite al analista la facilidad de poder realizar mediciones en la misma zona de trabajo, sin tener que extraer muestras y llevarlas a laboratorios acreditados, optimizando así el tiempo de trabajo y la trazabilidad de las medidas.
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Fuentes:
https://econetdesatascos.com/como-se-distribuye-el-agua-potable/
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